La
tecnología está cambiando a un ritmo vertiginoso nuestras vidas, tanto es así
que es un desafío su aplicación,
en educación en particular.
La conectividad con mayores anchos de banda, estimula la innovación disruptiva. Por otra parte el tamaño (de las computadoras grandes a pequeños dispositivos de mano smart), y aplicaciones multiplataforma en red, son determinantes en esta dinámica.
Poner como eje del cambio educativo en la tecnología es insuficiente, el eje del cambio es pasar de la enseñanza al aprendizaje activo, creativo y disruptivo, centrado por supuesto en el "alumno".
Un modelo pedagógico emergente es el Flipped Classroom, que abordaremos más adelante a través de comunidades de aprendizaje y cursos en línea.
La tecnología no hace milagros. Las Tecnologías tan sólo son herramientas y, como tales, sus beneficios al integrarlas en un proceso dependen de la forma en que se utilizan.
Las Tecnologías son herramientas perfectamente integrables en un sistema de enseñanza reproductivo. De hecho, es muy fácil hacerlo. Es la forma más sencilla de introducir tecnología en las aulas, informatizando procesos existentes, sin cuestionarlos apenas.
Un ejemplo bastante ilustrativo son las laptops que se dotan a docentes y estudiantes. Sirven para realizar básicamente los mismos procesos de enseñanza reproductiva que caracterizan el estereotipo de la escuela tradicional, sustituyendo a los recursos tradicionales.
Se puede argumentar que proporcionan acceso a materiales multimedia, pero el proceso básico (profesor enseña, alumno reproduce) no lo toca. Eso no excluye que se pueda usar en entornos realmente innovadores, pero el punto del ejemplo es que se trata de una tecnología diseñada con el modelo transmisivo-reproductivo en mente
Se podrían citar otros muchos ejemplos, como las últimas
tendencias de publicación de materiales (básicamente explicaciones de temas) en
vídeo, cursos en modalidad e-learning, MOOCs, los libros de texto
digitales, y otros muchos.
La innovación educativa tiene más que ver con trasladar el centro de la actividad de la enseñanza hacia el aprendizaje. Esto es, en el modelo reproductivo de la escuela tradicional la base está en la transmisión de conocimientos del profesorado al alumnado pasivo. El nuevo modelo debe llevarnos a poner al alumno y su actividad como centro de todo el proceso.
Y no se trata de una idea original ni novedosa. A grandes rasgos, la gran renovación educativa viene de Freinet, Freire y otros representantes de la escuela nueva. Y sus aportaciones pasaron siempre por dar a los aprendizajes una voz propia, partir de sus propios saberes y facilitar un proceso de aprendizaje significativo, vinculado a la realidad y basado en la actividad sobre esta misma realidad.
Por supuesto, la tecnología se convierte, en este contexto, en una herramienta poderosa, al hacer posible el desarrollo de proyectos de aprendizaje de gran dimensión, precisamente porque la tecnología nos proporciona medios para la expresión personal y social, con la capacidad de proyectar esa expresión hacia todo el mundo, no sólo el entorno próximo.
Por otro lado, las tecnología han cambiado, de forma general, el modo en que las personas nos relacionamos con la información y el conocimiento: tenemos acceso a muchas más fuentes, a muchos más puntos de vistas, es posible contactar con pares y expertos que nos pueden proporcionar ayuda de manera más personalizada, nosotros mismos podemos exponer nuestras opiniones y nuestra versión de las cosas para someterla a la valoración de los demás.
Por supuesto, esto debe estar presente en las aulas y más allá de ellas (Educación Expandida). Pero para hacerlo, es necesario el cambio de modelo educativo, con pedagogías y tecnologías emergentes.
